HABLANDO CON LA DIVINIDAD
“Mi trabajo aquí en tierra es doble. Mi trabajo es, ante todo, hacer
enmiendas. Mi trabajo extra es despertar a las personas que podrían
estar dormidas. ¡Casi todo el mundo está dormido! La única
manera en que puedo despertarlos es trabajando en mi mismo”.
Dr. Ihaleakala Hew Len
Hay muchas maneras de pedir a la Divinidad que nos ayude a
iniciar la limpieza. Nosotros comenzamos con la petición, que
podría ser: “Lo siento, perdóname por haber creado esto” o “Por
favor borra en mí lo que ha contribuido para que la situación X se
presentara en mi vida, o algo así como “Por favor, perdóname por
aquello que está en mí que está contribuyendo a traer esta situación
a mi vida”. Lo importante es pedirlo.
Si alguien se nos acerca hablándonos de que sufre una cierta pena
o dolor físico, podemos preguntarle a la Divinidad, por ejemplo:
—“¿Qué ocurre en mi que he causado dolor o sufrimiento sobre
esta persona?”
Y luego, podemos preguntar a la Divinidad:
—“¿Cómo puedo rectificar ese problema en mí?”. O también:
“Por favor, cualquier cosa que sea que ocurra en mí que haya causado
este sufrimiento en fulano, dime cómo puedo rectificarlo”.
Por lo general la información nos baja si estamos atentos. Cuando
permanecemos limpiando, se crea una conexión con Dios a través
de una parte nuestra, nuestro verdadero ser, que sabe lo que es
perfecto y correcto para nosotros, y nos llegan las respuestas de lo
que le preguntamos sin interferencia.
Ho’oponopono es hablar con la Divinidad, que lo sabe todo, y
hace cambios, porque no tenemos ninguna idea de qué pasa en
nosotros que pueda afectar a otras personas. Hay una parte de nosotros
conectada directamente con la Divinidad y esa fuente sabe
qué es lo que pasa. Por eso podemos entonces cancelar la información
y datos en nuestra mente subconsciente, así como recibir
información directa.
Cuando nuestro intelecto se vuelve más humilde y toma la
decisión de borrar, permite a Dios actuar en vez de que nuestros
programas sigan funcionando en automático. Nuestro intelecto es
quien decide, y asume la responsabilidad total de iniciar la limpieza;
pasa a través de nuestro niño interior, y el resto, Dios lo hace
dejando fluir la energía divina en ti y te limpia, a nivel mental, físico
y espiritual. Es un trabajo para hacerlo las 24 horas. En un principio
cuesta recordarlo, pero apenas puedes, lo haces sin pensar, sin culpa, sin nada más que ponerlo en práctica. Con el tiempo, se
volverá parte de tu vida, y será automático.
PALABRAS MÁGICAS
“Dios no escucha vuestras palabras, salvo cuando el mismo las profiere
a través de vuestros labios”
Gibran Jalil Gibran
GRACIAS. Esta palabra ya la mencionamos antes, es una palabra
mágica, es como una llave maestra que invita a la transmutación,
conocemos el poder de la gratitud y sus efectos. Tiene la capacidad
de cortar las energías negativas. Sabemos lo difícil que nos resulta
a veces dar las gracias, sobre todo cuando son acontecimientos
desagradables que estamos experimentando, tal vez un cobrador
con una deuda atrasada, algún familiar enfermo o una discusión
con mi esposo, pero hasta en estos casos debemos dar las gracias,
incluso entre dientes, porque no le estamos dando las gracias a la
situación, se las estamos dando a nuestras memorias por haberse
manifestado y habernos brindado la oportunidad de borrar. Cada
vez que se nos presenta la oportunidad de borrar, lo agradecemos,
ya que es una memoria o creencia errada y al haberse presentado,
la podemos corregir.
TE AMO. El amor es todo lo que existe. Cuando digo para mis
adentros, TE AMO, TE AMO y lo repito sin importar lo que esté sucediendo afuera, ya sea muy desagradable, triste o incluso esté
sintiendo rabia, enojo, es mágico lo que ocurre.
Ama a tu prójimo como a ti mismo. Hemos sido educados con
la creencia de que debemos amar a nuestro prójimo y nos olvidamos
de amarnos a mostros mismos. ¿Cómo podemos amar a otra
persona si no comenzamos con nosotros mismos? Acá es donde
Ho’oponopono ofrece un camino simple. Todo vuelve a lo mismo:
conócete a ti mismo, ámate a ti mismo y cambia tu mundo. Es una
palabra clave para iniciar el proceso, ya que el amor es lo único que
existe, es transformador. Mis memorias las amo, amo lo que han
manifestado y que hoy se materializa en mi vida a través del dolor,
del sufrimiento. Es muy difícil, pero cuando lo hacemos es una
forma de liberarnos, de decirles que ya no las necesitamos más en
nuestra vida y es así como se realiza el proceso de sanación; es así
como se realiza la auto curación, la limpieza, es así como rectificamos
esos pensamiento erróneos.
“Cuando tu alma experimente la repetición de recuerdos de problemas
diles mentalmente o silenciosamente: “Los amo” queridos
recuerdos. Agradezco la oportunidad de liberarlos a ustedes y a
mí”. El “te amo” puede repetirse en voz baja una y otra vez. Los
recuerdos jamás se van de vacaciones ni se jubilan a menos que
uno los jubile. “Te amo” puede usarse aunque uno no esté consciente
de los problemas. Por ejemplo, puede ser utilizado antes
de participar en cualquier actividad como contestar el teléfono o
antes de subirse al automóvil para ir a alguna parte”.2
Cuando digo, Te amo, es que el amor comienza en mí y se extiende
a todos los demás, y entonces dejo de querer cambiar lo que no me
gusta de mí, lo que no me gusta de los demás y lo que no me gusta
de las circunstancias. Es una palabra mágica.
GRACIAS Y TE AMO. Las puedes mencionar solas si tú quieres,
allí están incorporadas todas las demás, significan todo, incluso,
“lo siento, perdóname por aquello que hay en mí que ha creado
esto”. No es necesario decir más si así lo deseas. Gracias y Te amo son la contraseña para que tu intelecto permita elegir a Dios en
vez de elegir tus programas.
POR FAVOR PERDÓNAME. Es una petición que nos hacemos a
nosotros mismos cuando reconocemos que nos hemos equivocado,
que hemos cometido errores, a través de nuestros pensamientos
sentimientos o acciones, y se lo pedimos a la Divinidad que habita
dentro de nosotros mismos por haber creado la realidad que
nos toca vivir. Esta frase puede ser también simplemente: “Perdóname”
o “Perdóname por aquello que está en mí que ha creado
esto”; se puede repetir o combinar tantas veces como queramos y
en el orden que más nos guste.
LO SIENTO. Cuando dices lo siento, reconoces que algo, no importa
saber qué, penetró en tu sistema cuerpo/mente, y comienzas
el proceso de tomar el 100% de responsabilidad de tu vida con un
acto de contrición y de arrepentimiento. “LO SIENTO”, es una frase
que comúnmente utilizamos para disculparnos por algo que hicimos
o dejamos de hacer; sin embargo, es imposible para muchas
personas, recordar algo que hicieron cuando tenían cinco años,
o algo que hicieron cuando tenían veinte años, o tal vez algo que
hicieron o dejaron de hacer la semana pasada. Es importante saber
que el ego de las personas usa como herramienta, para mantenernos
atados al sufrimiento, el olvido. Nos hace olvidar los hechos,
pero no los sentimientos y si eso que ocurrió, nos hizo sentir enojados,
con miedo, con culpa, o nos provocó mucho odio, puede
olvidarse la causa, pero el efecto de estas emociones negativas subsiste
o puede ser también que no se haya olvidado, y se tenga hoy
el resentimiento de lo que pasó hace treinta años.
Esta frase poderosa se la decimos, no a las personas que pudimos
haber lastimado, nos la decimos a nosotros mismos, porque si estamos
experimentando cualquier situación desagradable en nuestra
vida, es porque hay una memoria ahí, que necesita ser liberada.
Jocelyne R.
Relacionado
Política de cookies
Este sitio utiliza coockies para conocer tu experienciaPrivacidad y política de cookies.