EL AMOR Y EL APEGO
“Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud”
Jean de La Bruyere
“Que dos amantes se amen, pero no conviertan su amor en una
atadura. Más bien permitan que sea un mar que se mueve entre las
playas opuestas de sus almas. Que colmen mutuamente sus copas,
pero no beban de una sola copa; que compartan el pan, pero no coman
del mismo pedazo. Que canten y dancen juntos y juntos sean
felices, pero permitiendo que cada uno de ellos sea solo”
K.Gibran
Desde pequeños nos enseñaron que el amor tiene sus condiciones,
¡si te portas mal nadie te va a querer!, y lo que nuestra familia llamaba
“mal” era una serie de requerimientos para domesticarnos,
lo cual implicaba una serie de requisitos como comer con buenas
maneras, no gritar, no llevarle la contraria a tus padres, obedecer a los mayores, etc. Ellos también fueron enseñados así. Si no cumplías
con lo que se te exigía, nadie te iba a querer. No eras un buen
chico o chica. De allí partió la confusión, muchos desconocemos
lo que es el amor sin condiciones.
El amor y el apego son dos conceptos muy diferentes. En nuestra
cultura hemos tendido a confundir el apego con amor, pero
podríamos fácilmente afirmar que son literalmente opuestos. El
apego procede de nuestras memorias. Trae implícita una sensación
de vacío, de no merecer, de estar necesitado, de no poder vivir
sin el otro; se carece de amor propio, es una relación que a veces
llega a ser asfixiante. El amor en cambio es nuestra conexión directa
con la fuente, con el creador, y lo que se experimenta es un
gozo extremo, paz y agradecimiento con todo y con todos los seres
vivientes.
Hay un apego natural y sano del bebé con su madre por razones
de sobrevivencia; igual que nuestro deseo de estar con la
persona amada, pero respetando las individualidades y deseos de
cada quien. El resto son programas que hemos adquirido a lo largo
de nuestra vida, son memorias de dolor que por lo general son
muy fuertes y provienen, muchas veces, de nuestra infancia.
El desapego nos permite permanecer conscientes sin que nos
influencie el mundo de los pensamientos y las formas, es mantenernos
centrados en nuestra propia espiritualidad.
El Ho’oponopono es “amor” porque nos enseña a querernos de
manera sencilla, a aceptarnos, a aprobarnos y en síntesis, su enseñanza
es un tratamiento permanente de amor. Cuando contactas a
tu niño interior, para pedirle que te ayude a limpiar las memorias
de dolor, comprendes que sólo en conjunto con él y estableciendo
una relación amorosa, se prestará a colaborar contigo porque le
estarás dando lo que él necesita y que le fue negado gran parte de
tu vida.
Dios nos ama profundamente y en cuanto vuelca su amor, no
espera nada a cambio, no discrimina, no se guarda el amor para
después, no nos juzga, ni es un recurso no renovable. Dios es amor,
y tenemos que aprender a vernos como Dios nos ve.
El amor que nosotros conocemos no es como el amor real de
Dios; nosotros condicionamos el amor a las circunstancias, los
gustos, las opiniones, juicios y creencias. También tendemos a
querernos poco o nada a nosotros mismos, tenemos un concepto
pobre de nosotros que generalmente albergamos secretamente.
No nos cuidamos lo suficiente, no atendemos todas nuestras necesidades,
o simplemente no nos gusta como lucimos. Ho’oponopono
nos ayuda a restablecer nuestra verdadera identidad, aprendemos
a perdonar los errores cometidos hacia nosotros mismos, y hacia
los demás, así deshacemos los nudos que se nos manifiestan en
forma de problemas en nuestra vida.
ENFRENTANDO EL MIEDO
“Los pensamientos negativos dejan el sistema inmunitario en una
situación delicada durante seis horas”
Stuart Wilde
Cuando fuimos creados vinimos como una hoja en blanco. En
algún momento del camino descubrimos el miedo, el cual no es
inherente al ser humano. Nacemos con instintos de supervivencia,
pero el miedo nos lo dio la vida, apareció cuando comenzamos a
alejarnos del amor.
Al perder la seguridad en el amor apareció la falta de fe. Desde
entonces le dimos la bienvenida al miedo. Él puede manejar nuestra
vida, todo lo que hacemos, decimos y pensamos está basado
en el miedo o en el amor. Algunos miedos parecen reales y están
centrados en el afuera, hay otros que son peligros imaginarios, o
miedos difusos. Existe el miedo al rechazo, al abandono, a la soledad,
todos basados en nuestras creencias. Nunca debemos olvidar
que no hay nada ni nadie afuera, todo lo creamos nosotros. Nuestros
miedos tampoco escapan a esto, son nuestras creaciones. Son
creaciones basadas en nuestras creencias. Creamos la realidad con
nuestros pensamientos. Mientras más nos enfocamos en los miedos,
más grandes se tornan; si no reaccionamos, los dejamos ser,
sin resistir, ellos desaparecen.
Cuando sientas miedo recuerda que la mejor
forma de vencerlo es soltando todos los pensamientos que no sean
de amor, sin engancharte a ellos, sin resistirlos, déjalos ser, tan solo
es tu creación; permítete sentirlo, enfréntalo y agradece a tu niño
interior que se haya manifestado, porque todo lo que aparece en tu
película es una oportunidad de borrar pidiéndole que sea eliminado
de tu sistema y transmutado en puro amor.
Cuando enfrentamos nuestros temores, éstos desaparecen. Tú
ganas fortaleza y confianza en ti mismo cada vez que decides mirarlo
cara a cara. Muchas veces son el producto de nuestra imaginación,
situaciones en las que nos ubicamos en el futuro adelantándonos
a lo que pueda pasar. Viviendo en el presente, en el ahora,
esto no puede ocurrir.
Puedes crear una vida que te sonría y puedas sentir
tu Divinidad dentro de ti como un ser amado y guiado por la Luz.
Eres uno solo con tu Divinidad, eres perfecto y estás compuesto
del amor de Dios.
HO’OPONONO Y EL DINERO
“La razón es tan solo un sistema de creencias, cuando estas dejan
de creerse, colapsa”
Santiago Pando
El dinero es mucho más que una manifestación física, el dinero es
una energía que contiene implícita prácticamente todo nuestro espectro
de emociones y sentimientos. Le hemos otorgado un gran
poder porque una gran cantidad de creencias están ligadas a él, y
muchas veces no estamos conscientes de ellas. Son contradictorias
entre sí y con nuestros deseos de riqueza. Son creencias que fueron
transmitidas a través de nuestras familias a temprana edad, y que
seguimos alimentando continuamente cuando nos decimos que
algo es muy caro, no me puedo dar ese gusto o, no tengo suficiente.
Con el dinero compramos prácticamente todo en el mundo
físico y creemos que compramos además la salud, amor, bienestar
y paz. Pero estos atributos están en nuestra mente, se vuelven
realidad, si así lo creemos, con o sin dinero. La felicidad y la paz
duradera no tienen precio, son parte de nuestra actitud.
Muchas veces se trata de cómo estar en paz aun sin manifestar
dinero y allí es cuando el dinero viene, cuando dejamos de lado
cualquier pensamiento al respecto y hacemos lo que nos gusta,
porque lo que hacemos con amor nos produce prosperidad, nos
alineamos con el universo, con la Divinidad. La fuente del dinero,
no son las inversiones, no es la pareja que te mantiene, es la Divinidad
quien te da.
Por eso es muy importante el creerte merecedor,
mereces ganar dinero, y vivir holgadamente, porque hay
mucho dinero circulando por el mundo, y somos merecedores de
parte de ese dinero.
Mabel Katz afirma que cuando hacemos lo que amamos, los
negocios van bien, el dinero nos llega fácilmente, incluso a veces
podemos contratar servicios sin que nos importe pagar más por
ellos, cuando sentimos que fueron hechos con amor sin poder explicar
el porqué.
Soltar para
ser un canal abierto para que la inspiración nos llegue y elimine
esos programas que no nos permiten vivir como merecemos.
Todo está dentro de nosotros, la escasez no es una excepción, es
parte de nuestra programación. Por lo tanto podemos quejarnos y
preocuparnos si así lo deseamos, o podemos limpiar las creencias
que hacen que la prosperidad y la abundancia no se manifieste en
nuestra vida.
Te doy varios ejemplos de cómo puedes pedirle a la Divinidad
que transmute las creencias equivocadas; eres libre de usarlas
como mejor las sientas, guíate por tu inspiración:
“Lo siento, por favor perdóname pues no he utilizado correctamente
el dinero, por maltratarlo, por gastarlo en cosas que no necesito,
por haber comprado esto y aquello. Estoy tan apenado(a),
Por favor perdóname. Gracias”.
“Divinidad, limpia en mí los pensamientos erróneos que están
generando una realidad que no me gusta” o “Divinidad por favor limpia y transmuta todos estos errores de pensamiento que se manifiestan
en mi vida como carencia”.
“Mis deudas y carencias, las amo y les doy las gracias porque al
manifestarse externamente, me muestran que en mi mente se encuentran
esas ideas erróneas, por favor limpia en mí todo lo que
hace que yo esté manifestando esta carencia de dinero”.
Para ayudar con este proceso de “limpieza” o de “borrar”, puedes
sustituir lo expresado arriba por otras expresiones, más cortas
y sencillas, incluso por expresiones que surjan de tu propia imaginación.
Es importante dejar fluir la inspiración en las palabras
gatillo, en la manera como nos comunicamos con nuestro niño
interior. Al hacer la petición, no hay reglas, cada persona según lo
sienta, puede decirlas cuantas veces quiera y usar lo que la inspiración
le indique.
DEJANDO ATRÁS LA CULPA
“Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos
ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”
Viktor Frankl